En la mecánica clásica, el tiempo está aislado del espacio, el movimiento y la masa. Se considera una cantidad absoluta e inmutable que fluye uniformemente del pasado al futuro. Se mide en segundos, que es la unidad básica de tiempo en el Sistema Internacional de Unidades.
¿Cómo definir y medir el tiempo?
El tiempo es un concepto que ha sido esencial para la comprensión humana desde el principio de la civilización. Es una medida de la duración de los acontecimientos y se define comúnmente por los fenómenos naturales que suceden una y otra vez de forma regular.
El día y la noche fueron probablemente los primeros fenómenos naturales a los que el ser humano estuvo expuesto de forma cíclica. Así, el día y la noche se utilizaron por primera vez para definir el tiempo. El intervalo de tiempo entre el primer mediodía y el segundo mediodía se dio por sentado que era un día. Después, los humanos quisieron saber el momento exacto del día, por lo que inventaron diversas herramientas para medir el tiempo, o relojes.
Una de las primeras formas de medir el tiempo fue observando el movimiento del sol en el cielo. Los egipcios y los babilonios utilizaban relojes de sol para medir la hora del día, mientras que los griegos empleaban relojes de agua. Más tarde se inventaron los relojes de péndulo y los relojes mecánicos. Un reloj de péndulo utiliza la oscilación periódica de un péndulo para registrar el tiempo, mientras que un reloj mecánico utiliza la vibración periódica de un muelle para registrar el tiempo. Estos aparatos son mucho más precisos que los antiguos relojes de sol y de agua, y son suficientemente exactos para la vida cotidiana.
Sin embargo, estos métodos no eran muy precisos, y no fue hasta el desarrollo de los osciladores electrónicos y los relojes atómicos en el siglo XX cuando el cronometraje se hizo mucho más preciso.
Los osciladores electrónicos producen una señal regular y repetitiva que puede utilizarse como referencia para medir el tiempo. Los relojes atómicos, por su parte, utilizan la vibración natural de los átomos para medir el tiempo. Un segundo se define como la duración de 9.192.631.770 periodos de la radiación correspondiente a la transición entre dos niveles hiperfinos del estado básico del átomo de cesio-133. Estos relojes atómicos increíblemente precisos funcionan produciendo una señal repetitiva regular que puede utilizarse como referencia para medir el tiempo. Estos relojes atómicos increíblemente precisos son insensibles al entorno circundante y se utilizan actualmente como patrón para definir la hora.