Aproximadamente el 30% de la gelatina se utiliza en la industria farmacéutica, la mayoría de la cual se emplea para fabricar cápsulas blandas y duras que se utilizan para contener medicamentos y suplementos dietéticos debido a varias ventajas.
El sabor amargo y el olor desagradable de los medicamentos se disimulan con la cápsula, y su tamaño pequeño y las lisas cubiertas de gelatina las hacen fáciles de tragar. Las cápsulas también aíslan la humedad, la oxidación y la contaminación microbiana para mantener el medicamento estable y prolongar su vida útil. Por lo general, se agrega un agente bloqueador de luz para evitar la descomposición debido a la exposición a la luz.
Las cápsulas son estandarizadas y producidas por máquinas de precisión automáticas para garantizar una dosis precisa. Se pueden personalizar con diferentes colores para hacerlas más reconocibles y diferenciarlas entre sí. Cuando se tratan con formaldehído, se obtienen cápsulas solubles en el intestino. Son insolubles en el estómago para evitar que algunos medicamentos se degraden con los jugos gástricos o irriten el estómago.
Cápsula Dura/Cápsula de dos piezas
Las cápsulas duras también se llaman cápsulas de dos piezas. Constatan de dos cubiertas cilíndricas: un "cuerpo" de menor diámetro y más largo que contiene ingredientes en polvo o mini pellets y se sella con una "tapa". La producción y el llenado de las cápsulas duras generalmente se realizan en diferentes empresas. Las cápsulas duras modernas se producen mediante el método de inmersión. Los clavos de acero dispuestos ordenadamente se sumergen en una solución de gelatina y luego se sacan. Después de que la solución se seca, se cortan y se despegan las cubiertas de gelatina para obtener las dos mitades de las cápsulas. Luego, estas cápsulas duras se venden como unidades cerradas a las plantas farmacéuticas y se separan antes de llenarlas.
Cápsula Blanda/Cápsula de una pieza
Las cápsulas blandas también se llaman cápsulas de una pieza. Constatan de una cubierta de gelatina con forma ovalada continua y un relleno interno. Sus cubiertas son suaves y elásticas, ya que se añaden plastificantes como glicerina o sorbitol para disminuir la dureza. Comúnmente se utilizan para contener medicamentos líquidos o semilíquidos cuyos ingredientes activos están disueltos o suspendidos en aceite, como las vitaminas solubles en grasa. A diferencia de las cápsulas duras, la mayoría de las cápsulas blandas modernas se producen mediante el método automático de troqueles rotativos, donde la fabricación de la cubierta y el llenado de medicamentos se realizan al mismo tiempo.