La actividad enzimática es sensible a la temperatura, el pH, la concentración y la congelación.

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Las enzimas son grandes biomoléculas producidas por las células, y su componente principal es la proteína. Los factores que afectan la estructura de las proteínas también influyen en la actividad enzimática.

Temperatura

Aumentar la temperatura intensifica el movimiento aleatorio de las moléculas. Las enzimas tienen una mayor probabilidad de capturar sustratos y los sustratos adquieren una mayor energía de activación. Por cada aumento de 10°C en la temperatura, la velocidad de las reacciones catalizadas por enzimas generalmente aumenta entre un 50% y un 100%. Sin embargo, temperaturas excesivamente altas pueden romper los enlaces químicos dentro de las proteínas, alterando la conformación de la enzima. Inicialmente, a medida que aumenta la temperatura, aumenta la actividad enzimática. La actividad de las enzimas es máxima a la temperatura óptima. Después de alcanzar la temperatura óptima, aumentos adicionales de temperatura inhibirán la actividad enzimática hasta que la enzima se vuelva completamente inactiva.

La temperatura óptima de una enzima depende de su tipo, valor de pH, concentración de iones y duración del trabajo, y no hay un valor fijo. Típicamente, la temperatura óptima para las enzimas animales está entre 35 y 40°C, mientras que para las enzimas vegetales está entre 40 y 50°C. Algunas enzimas microbianas termófilas incluso pueden tener una temperatura óptima tan alta como 70°C.

Valor de pH

Las enzimas tienen un valor óptimo de pH en el cual su actividad es más alta. Desviarse de este valor óptimo de pH puede conducir a una disminución o pérdida completa de la actividad enzimática. Cuando el valor de pH se desvía solo ligeramente del punto óptimo, la actividad de la enzima disminuye pero no cesa por completo. La superficie de la proteína adsorbe más cargas positivas o negativas, lo que hace que ciertos grupos se acerquen o se alejen. Los cambios estructurales leves en el sitio activo de la enzima, debido a la acción de fuerzas electrostáticas, dificultan la unión y descomposición de los sustratos. Valores extremos de pH (altos o bajos) pueden redistribuir enlaces de hidrógeno y enlaces iónicos e incluso interrumpir enlaces peptídicos, lo que resulta en un cambio drástico en la estructura espacial de la enzima y la pérdida completa de actividad catalítica.

Al igual que la temperatura óptima de las enzimas, el valor óptimo de pH está influenciado por diversos factores y no tiene un valor fijo. Por ejemplo, la pepsina, una enzima del estómago, es más activa a un pH de 1.5 a 2, mientras que la tripsina funciona óptimamente a un pH de 7 a 8.

Concentración del Sustrato

Si hay una cantidad limitada de sustrato, muchas enzimas permanecen inactivas. Aumentar la concentración del sustrato permite que más enzimas sean utilizadas, lo que resulta en una mayor velocidad de reacción. Sin embargo, una vez que todas las enzimas están trabajando activamente, aumentar aún más la concentración del sustrato no cambia la velocidad de reacción.

Preguntas frecuentes

¿Por qué las temperaturas bajas y altas tienen efectos diferentes en las enzimas?

Tanto las temperaturas altas como las bajas reducen la actividad enzimática, pero los mecanismos subyacentes son diferentes. Las altas temperaturas degradan la actividad enzimática porque el rápido movimiento molecular interrumpe la estructura tridimensional. Esta interrupción es irreversible. Las temperaturas bajas disminuyen principalmente la actividad enzimática debido al lento movimiento molecular, lo que reduce el contacto entre sustratos y enzimas. Cuando la temperatura vuelve a la normalidad, la actividad enzimática también se recupera.

¿Cuál es el impacto de la congelación en la actividad enzimática?

Cuando la temperatura desciende por debajo del punto de congelación, la situación se vuelve más compleja. 1. El crecimiento de cristales de hielo conduce a la concentración de líquidos, un aumento en la concentración de iones y un cambio en el pH. 2. El agua unida dentro de las enzimas juega un papel crucial en el mantenimiento de sus propiedades. Algunas aguas unidas pueden no congelarse a bajas temperaturas. 3. Si los cristales de hielo crecen demasiado grandes, pueden ejercer presión sobre la proteína, causando deformación de su estructura. El descongelamiento es el proceso inverso de la congelación y también puede dañar las enzimas. Al congelar y almacenar enzimas, es importante minimizar el contenido de agua y evitar el descongelamiento rápido, ya que puede inactivarlas permanentemente.

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