¿De dónde venimos? Esta pregunta nos confunde desde el nacimiento de la civilización. Antes del descubrimiento de las leyes de Newton, la gente sólo podía buscar respuestas en diversos fenómenos sobrenaturales creados por ellos mismos. Casi todas las civilizaciones tienen su propio mito para describir cómo el mundo y la humanidad fueron creados por los dioses. Los primeros mitos han quedado sumergidos en la historia debido a las tradiciones orales y a los escasos registros escritos. Sin embargo, los estudiosos especulan que existieron en la prehistoria hace decenas de miles de años, según los rituales de oración y las creencias religiosas de tribus y civilizaciones antiguas. El mito más extendido es el de Dios crea el mundo y a los humanos en la leyenda cristiana.
Los siete días del Génesis
Primer Día: Dios creó la luz y la separó de las tinieblas. Desde entonces, existe una alternancia entre el día y la noche.
Segundo Día: Las aguas fueron divididas en dos partes por el firmamento. El firmamento fue llamado Cielo por dios.
Tercer Día: Dios ordenó que las aguas se reunieran en un solo lugar, por lo que aparecen tierras y mares secos. En la tierra crecen hierba y diversos árboles frutales. Aportaron vitalidad primaria al mundo.
Cuarto Día: El sol, la luna y las estrellas fueron creados en el cielo para servir de marcadores de los días, las estaciones y los años. El día era gobernado por el sol y la noche por la luna.
Quinto día: Un mundo con sólo plantas seguía siendo demasiado monótono, así que Dios creó monstruos marinos y animales acuáticos. Permitió que los pájaros volaran en el cielo. Dios los bendijo para que se multiplicaran y llenaran el mundo.
Sexto Día: Dios creó los animales terrestres: ganado, insectos y bestias salvajes. Luego, los seres humanos fueron moldeados según su propia imagen. Dios les permitió gobernar a todas las demás criaturas vivientes, y multiplicarse y llenar todos los rincones de la tierra. Dios dio semillas de plantas y frutos a los humanos como alimento. También sirvió de alimento a aves, bestias y criaturas acuáticas. Sólo después del Diluvio Universal se les permitió comer carne.
Séptimo Día: el Génesis estaba completamente terminado. Todo se consideraba muy bueno. Dios estaba cansado y decidió descansar para celebrar su triunfo. Esto proporciona un modelo para la humanidad. Los creyentes deben sacar tiempo en sus ajetreadas vidas para descansar, reflexionar y estar en comunión con Dios.
El creacionismo obstaculiza toda ciencia
El creacionismo insiste en que las especies han mantenido su aspecto original desde su nacimiento. Esta idea, urdida de forma subjetiva, no puede demostrarse mediante experimentos, ni existe ninguna prueba física que la respalde, por lo que es completamente errónea según los estándares modernos.
Algunas leyendas antiguas pueden evolucionar hasta convertirse en religiones que impregnaron todos los aspectos de nuestra sociedad. El ejemplo más típico es el cristianismo dominante en la antigua Europa. El colapso del Imperio Romano empujó a Europa a la Edad Oscura hasta el Renacimiento. El Papa estaba por encima de la autoridad real. Los pensamientos estaban encadenados por la Iglesia. Casi todas las actividades educativas y académicas estaban vigiladas y controladas. A través de donaciones e impuestos de los fieles, se apoderaron de grandes extensiones de tierra, incluidas tierras de labranza, huertos y señoríos, para poder dedicarse a diversas actividades económicas, como la venta de productos, los préstamos y la venta de indulgencias. Poco a poco, se convirtió en la única forma oficial de explicar el mundo en la Edad Media. Cualquier nuevo pensamiento que intentara desafiar al creacionismo sería castigado severamente como una herejía. Toda la ciencia fue obligada a detenerse durante este período. En consecuencia, no es de extrañar que no se produjera ningún avance en las teorías sobre la evolución biológica.
La influencia del creacionismo persiste hasta nuestros días. Una vez, en un funeral, oí a un pastor predicar ante la multitud: «Los humanos han sido creados por Dios, y la teoría de la evolución de Darwin no es razonable, porque ninguno de nosotros ha visto jamás a un mono convertirse en humano». Deben saber que ya estamos en el siglo XXI con la inteligencia artificial.